Hoy 25 de marzo es el Día Internacional por la Vida y aunque no podamos celebrarlo como nos gustaría tenemos muchas cosas que celebrar. Hace un año exactamente teníamos que suspender nuestros planes de la Jornada por la Vida para estos días y nos encontrábamos, al igual que el resto del mundo, temerosos ante una situación incierta y desconocida.
Este año ha sido una dura lección para todos. Un año donde hemos aprendido a convivir cada día con cifras de muertos antes impensables y donde todos en mayor o menor medida hemos sufrido la pérdida de familiares y personas de nuestro entorno.
Todos los días hay que celebrar la vida en todas sus formas, pero hoy más que nunca nos toca apreciar lo afortunados que somos por estar aquí y aprovechar esa realidad para reflexionar de qué manera podemos ayudar a quiénes más lo necesitan y así contribuir a la vida. Ese principio ha regido siempre a la Casa Cuna Ainkaren y hoy toma más sentido que nunca.
Desde hace 24 años en Ainkaren celebramos «lo más maravilloso que Dios nos ha dado: la vida», en palabras de Teresa González, presidenta de Ainkaren. Todos nuestros esfuerzos los enfocamos en dar «respuesta a mujeres embarazadas solas, abandonadas, maltratadas o demasiado jóvenes, abocadas a abortar o a seguir adelante con un embarazo sin medios». No siempre lo conseguimos, pero siempre lo intentamos. A día de hoy muchas de las madres que pasaron por la casa nos visitan con sus hijos ya mayores. «Nos dan mucho más de lo que nosotros les dimos», recuerda con emoción Teresa.
Asimismo, queremos aprovechar el día de hoy para agradecer a las numerosas entidades y asociaciones que tanto nos han ayudado a lo largo de este año tan complicado. Gracias por contribuir y ayudarnos a seguir reivindicando y celebrando la vida.
SI A LA VIDA